Marzo, un mes que este año es muy relevante, al menos por dos hechos muy importantes: uno, estamos a pocos días de que asuma un nuevo gobierno en Chile, el gobierno de Apruebo Dignidad que encabezará el Presidente Electo Gabriel Boric Font, gobierno del cual el pueblo de Chile espera grandes transformaciones que nos pongan en una ruta hacia una sociedad más democrática y con mayor justicia social. Dos, este domingo 6 se cumple un nuevo aniversario de la desaparición física de Gladys Marín, quien nos dejara un importante legado político y social, un legado de consecuencia y lucha por un Chile mejor para todos y todas. Parte de ese legado se encuentra en la Propuesta Programática de la Candidatura Presidencial de Gladys del año 1999.
En esta oportunidad queremos presentarles el acápite 2 de la Primera Parte de dicha Propuesta Programática como Homenaje a nuestra siempre recordada Gladys:
1999 Candidatura Presidencial de Gladys Marín
Propuesta Programática
Primera Parte: Nuestras Metas
2. Un proceso de rupturas democráticas
Una transformación profunda de la sociedad chilena sumida ahora en el capitalismo globalizado, por tanto sin Estado nacional y social, esclavizado por el gran capital nacional y extranjero, requiere poner en marcha procesos de rupturas democráticas.
Estos quiebres deberán ser el producto de la lucha social y política, la cual en ciertas coyunturas alcanza la capacidad de proponer medidas que sobrepasan al modelo neoliberal y que al hacerlo ponen el jaque en algunas de sus dimensiones y niveles.
No hay, entonces, un momento mágico, un instante único donde adquirimos pata siempre la llave de la correlación de fuerzas. Esto no ha sido así en ninguna de las revoluciones históricas. En ellas el momento de la toma del poder es un momento donde se abren las válvulas del cambio socioeconómico, por definición, gradual.
Por tanto, producir la ruptura democrática constituye un combate social continuo y permanente, cuyo objetivo es ir poniendo medidas que desestabilicen el modelo neoliberal y vayan armando un nuevo orden a través de las luchas sociales, de las movilizaciones populares.
Las rupturas democráticas son plurales, no afectan un solo nivel de la sociedad. Abarcan lo político, lo social, lo económico y lo cultural. Entre ellas no existe una jerarquía fija para siempre. Lo que sí debemos tomar en consideración es que las reformas políticas, al modificar el sistema estatal de decisiones, repercuten sobre todas las otras, abriendo o cerrando trayectorias de posibles rupturas. O sea los cambios en las instituciones políticas pueden facilitar la transformación de las otras dimensiones.
La transformación de este Chile a través de múltiples rupturas democráticas, en las cuales el peso de la opinión de los asalariados se irá imponiendo por sobre el peso de la propuesta de los dominantes, es ya una lucha con contenido socialista.
La experiencia nos está mostrando que con la caída del Muro de Berlín se derrumbó una modalidad histórica de construcción del socialismo. Fueron experiencias que se convirtieron en burocráticas, ya que no continuaron en la dirección original que había concebido Lenin, la cual implicaba gestión de la producción por los productores y debilitamiento del aparato estatal, reemplazado por la democracia de los soviets.
Cambiar hacia el socialismo significa lograr orientar la lucha política y social en la dirección de la conquista de la máxima democracia y de la máxima justicia social.
En esa lucha lo primero que se produce es la negación del capitalismo, porque no ofrece ninguna de esas dos posibilidades, la de una mayor democracia y la de una mayor justicia social.