¡Allende Vive!
Un 4 de septiembre de 1970, hace cincuenta años, el pueblo de Chile, bajo la feliz mirada del mundo, celebraba el triunfo de Salvador Allende Gossens y de su conglomerado político, la UNIDAD POPULAR. Ese día, y desde una improvisada tribuna en los balcones de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile, Allende decía: “Acepto este triunfo que nada tiene de personal, y que se lo debo a la unidad de los partidos populares, a las fuerzas sociales que han estado junto a nosotros. Se lo debo al hombre anónimo y sacrificado de la patria, se lo debo a la humilde mujer de nuestra tierra. Le debo este triunfo al pueblo de Chile, que entrará conmigo a La Moneda el 4 de noviembre.”
Se iniciaba la “revolución con vino tinto y empanada”, conocida también como la vía chilena al socialismo. Un proceso político original para aquellos tiempos, en que mediante la lucha electoral se buscaba una profunda reestructuración de un Estado asentado en la injusticia, la exclusión y la discriminación. Ese triunfo, más allá de la cruel y sanguinaria respuesta que tuvo por parte del imperialismo de EE.UU. y de la oligarquía criolla, fue la culminación de la larga marcha recorrida por las luchas populares en favor de la unidad política y social de la izquierda para alcanzar la victoria ese 4 de septiembre de 1970.
La Unidad Popular mostró que era factible que una coalición integrada por partidos marxistas, cristianos, laicos, socialdemócratas, ganara el gobierno y llevara a cabo un proceso de transformaciones antiimperialistas y antioligárquicas con vistas al socialismo, plasmando entendimientos y acuerdos con otros sectores, particularmente con la democracia cristiana.
Salvador Allende y su gobierno cumplieron leal y consecuentemente el programa prometido al pueblo, y lo dijo desde un principio: “De ninguna manera vamos a claudicar, a comerciar el programa de la Unidad Popular, que fue la bandera del primer gobierno auténticamente democrático, popular, nacional, y revolucionario de la historia de Chile.”
La vía institucional al socialismo, fue un camino político nuevo e inexplorado que mantiene toda su vigencia en estos tiempos marcados por el hegemonismo e intervencionismo del gobierno de Estados Unidos en el mundo. Sin embargo, nuestra experiencia y la de otros países, aquellos que sufrieron las dictaduras en las décadas del 70 y 80, y a los que hoy la oligarquía ha detenido sus procesos de cambio, confirman que una vía institucional no desaloja las confrontaciones violentas, porque el imperialismo y la oligarquía defienden sus privilegios por más democrático, legal y moderado que sea el proyecto de transformaciones. Por eso, los pueblos deben prepararse para defender lo conquistado.
A 50 años de ese 4 de septiembre de 1970, el Triunfo Popular cobra especial significado luego de la rebelión social iniciada el 18 octubre del año pasado contra el régimen que hoy encabezan los herederos políticos de Pinochet y contra quienes gobiernan en las sombras y empezaron a amasar en dictadura sus grandes fortunas.
Las causas profundas de la rebelión social se desnudan nuevamente con la epidemia de coronavirus y la crisis económico-social actual, cuyos desastrosos efectos son agravados por las políticas antipopulares del gobierno derechista de Piñera, que solo persigue garantizar la continuidad de las ganancias de los grandes ricos, desatando una espiral creciente de muertes, contagios, cesantía y pobreza entre los sectores populares.
Hoy, en medio de la pandemia, con Estado de Emergencia, toque de queda y cuarentenas, con dictadura comunicacional y represión contra el pueblo, llamamos a las chilenas y chilenos a revitalizar la memoria del proyecto de la Unidad Popular, proyectando sus enseñanzas a nuestra lucha por una salida antineoliberal a la crisis, por cambios democráticos y revolucionarios con perspectiva al socialismo.
Llamamos a irradiar las actividades conmemorativas en todos los territorios organizados de Chile, a vincularlas al accionar del pueblo con vistas al plebiscito constituyente del 25 de octubre, actualizando al presente las 40 medidas de la Unidad Popular, que hoy deben aliviar la dramática situación del pueblo bajo la pandemia y apuntar al diseño del Nuevo Chile que debe plasmarse en la Nueva Constitución. A impulsar miles de iniciativas en estos meses, y especialmente a partir de septiembre, a divulgar cada una de las realizaciones y medidas del gobierno de la Unidad Popular.
Hacemos un llamado a nuestra América Latina y a todos los pueblos del mundo, que vieron en el triunfo de Salvador Allende la concreción de sus sueños y reivindicaciones, a que se sumen a la celebración de los 50 años de la Victoria Popular.
¡Viva la Victoria de la Unidad Popular!
¡Viva Salvador Allende!
¡Allende Vive! ¡Venceremos!