La vida es un minuto

Entrevistas

La Vida es Un Minuto

GM: “Si tomas conciencia que la vida es un minuto, un segundo, para qué la soberbia, para qué la vanidad, de qué te sirve, de nada”.

XP: Refleja sus años por primera vez. Esos 63 jamás aparentados. Su figura ya no calza con el personaje. Indolente la traiciona, a veces, la memoria. Solapado comenzaba su trance. Se encamina a su segunda operación. Nadie lo sabía, acechaba el desenlace. Como nunca, sin maquillaje, comparte su vida. Se muestra fuerte y entera, como siempre. Esta es la última entrevista de Gladys Marín.

GM: “En el país había una revolución. Eso es bueno, no es una cosa mala. Una revolución sólo es un cambio profundo para que las cosas se den vuelta. Nosotros eso nunca lo negamos, queríamos que las cosas se dieran vuelta para que la gente que no había tenido nada, o muy poco, pudiera tener lo mínimo para vivir y entregarle lo que es justo para los seres humanos”.

XP: Inexorable en el repaso de sus archivos, enrostra las diferencias más obvias, pero los avatares de su cáncer no pueden con su perentorio juicio histórico. Una sola vez se cruza con Augusto Pinochet en La Moneda, aún nada lo delata.

GM: “Era un hombre, un militar leal que hacía todas las muestras, todos los días, como quien está rezando, de la lealtad más absoluta al Presidente Allende. O sea, el primer rasgo estaba claro: la hipocresía absoluta”.

XP: Reflexiva repasa y avanza con la historia. Tambaleaba la propuesta de la Unidad Popular. Hasta con piedras la defensa del gobierno dice Luis Corvalán. Ella lo creía.

(Manuel Cantero: “Había que movilizarse y salir a la calle para parar los intentos de golpe. Porque ya se oía hablar de golpe. Es decir, estaba en el aire que había una conspiración de gran vuelo. Entonces, ella llamaba a eso. Repito, su discurso en cuanto al contenido no era distinto. Lo que distinto era que la forma y la pasión con la cual ella hablaba”.)

XP: Se esperaba la peor de las pócimas. Gladys recuerda el escenario. Enfrentamientos y la constante provocación de Patria y Libertad; el desabastecimiento y el irresponsable llamado incendiario de las direcciones de la UP. El 10 de septiembre, la Comisión Política del Partido se reúne en la Embajada de Bulgaria

(Marta Fritz: “Yo quedo en ese espanto de que habíamos sido educados para dar la vida por la Unidad Popular, salir a las calles para defender el Gobierno de Allende como fuera. Y de repente me encuentro con esa orden de Partido que me crea la contradicción más grande de mi vida”.)

GM: “Es gente que ya estaba como -quizás es muy fuerte decirlo así- abandonando las naves, pero yo creo que así era, y simplemente resignarse a que viniera otra salida, aceptar esa salida que no era la salida revolucionaria que nosotros habíamos propiciado”.

XP: Caldeado comienza aquel once de septiembre. Como paradoja está recién llegada de un viaje por la Paz y la Amistad. Es una mañana tensa y agria, controlable aún para ella. Impacta su lealtad con el Presidente y su quimera. Su marido parte al trabajo, los chicos al liceo, Gladys al Comité Central del Partido.

GM: “Y esa voz terrible de Pinochet ordenando bombardear La Moneda y todo era como que tú no lo creías. Tu vez surgir a un tipo, a un personaje, que estaba jugando un papel al lado del Gobierno de Allende que te clava la puñalada más grande de la traición. Pero en ese minuto, el 11, eran tantas cosas las que se te agolpaban en tu cabeza y en tu corazón que tampoco tenías tiempo para el análisis de la persona, sino que veías esa cosa horrorosa encabezada por Pinochet. Yo no lograba darme cuenta todavía, para qué te voy a mentir. Estaba la gente esperando las noticias, todos esperaban, pero nadie sabía nada de lo que realmente pasaba. Eso fue un crimen, de que no se haya alertado a los trabajadores. ¿Quiénes vuelven a sufrir?: los trabajadores. ¿Quiénes son sacrificados?: los trabajadores. En eso a lo menos –

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